El domingo 11 de Noviembre en “nuestra
Parroquia” Virgen del Alba, se congregaron unas 70 personas, peregrinos/as en
el mundo, la mayoría jóvenes de parroquias del Arciprestazgo de Alcorcón, de
las 20h30 a las 22h15. El motivo fue la
oración peregrina.
La oración peregrina es un momento de
rezos, de compartir y de compromiso en la misión que se ha ido haciendo estos
últimos años en este arciprestazgo de la Diócesis de GETAFE. Aquel domingo, les tocaba a los jóvenes de la
Parroquia Virgen del Alba, preparar, organizar y dinamizarla.
La dinámica de la oración fue muy
sencilla y entrañable a la vez. Con su espíritu misionero, seguramente heredado
de sus sacerdotes Misioneros del Verbo Divino, Los jóvenes de Virgen del Alba,
quisieron resaltar la importancia de la Palabra de Dios en la vida de un/a cristiano/a.
Partiendo de la idea de que podemos encontrarnos con la Palabra de Dios de
distintas formas (en las Escrituras, en los acontecimientos de la vida, etc.)
dividieron la oración en tres momentos: oración celebrativa, oración personal y oración compartida. Para
facilitar la cosa, hicieron tres grupos que tenía que pasar, uno tras otro, por
cada momento.
En el primer momento, después de una
lectura del evangelio, y de algunos cantos, se guardaba un silencio para
interiorizar la palabra de Dios. Luego se compartía lo que el Espíritu
inspiraba a cada uno del grupo.
Luego, todo el grupo tenía que pasar
al segundo momento dónde les invitaban a la oración personal y meditativa. Con
la ayuda de una música de fondo, y unas pautas de un lector, el grupo se ponía
a meditar y sentirse en contacto consigo mismo y con el Misterio.
Y el tercer momento era una oración
compartida en la que, se leía un Evangelio y después de la meditación cada uno
plasmaba lo que le identificaba con dicha lectura en un árbol dibujado al
respecto. Como bien lo podéis constatar, en cada momento había una lectura
bíblica, seguida de un momento de silencio meditativo y una reflexión. Y al
final todos nos encontramos en el templo para la oración final.
El último punto, como tenía que ser,
fue el compartir fraterno que nos prepararon los jóvenes de Virgen del ALBA.
Según mi experiencia fue un momento de
verdadera y profunda conversación con Dios y con los demás. Los participantes
lo pasamos tan bien que nadie se quejaba del mucho tiempo que duraba cada
momento. Al final, incluso uno de los sacerdotes que acompañaba los jóvenes
dijo que era una oración atípica pero gratamente positiva y orante.
Pienso que mi sensación fue la de
todos los jóvenes que acudieron a este evento, ojalá este tipo de encuentros se
fomenten en nuestra diócesis, en
nuestras parroquias, especialmente en estos momentos que estamos hablando con
insistencia y cierta preocupación de la nueva evangelización y de la vivencia
de nuestra fe en la sociedad.
P.Ange Kufwa
Misionero del Verbo Divino/Leganés.
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